viernes, 24 de junio de 2011

[ENTREVISTA] Gloria Trevi: del infierno a la gloria

La polémica chica del pelo suelto y las medias rotas que se arrastraba en los escenarios, regresó a Colombia con un trabajo discográfico tan atrevido como los que grabó antes del escándalo de la cárcel.
Gloria Trevi regresó con canciones que hacen menos referencias a las libertades sexuales, pero que tienen un fondo de crítica social, como el tema No al alguacil, en el que ataca el desprecio a los inmigrantes en Estados Unidos. Foto: Cortesía Universal Music.

La artista sigue siendo provocadora para no defraudar a sus seguidores de siempre. Así habló con Jet-set.


En el año 2000, la estrella mexicana pasó de la gloria al infierno cuando ella y su antiguo manager, Sergio Andrade, fueron acusados de abusar sexualmente a varios menores de edad. Incluso la polémica artista, que fue comparada con Madonna por promover las libertades sexuales, alcanzó a creer que su nombre bautismal, que hace alusión a la buena fama y al honor, no era más que una paradoja. Se llama Gloria, pero estaba en una cárcel de Brasil, donde tuvo un hijo para evitar que la extraditaran a México. Cuatro años después, Trevi regresó a sus días gloriosos cuando las autoridades comprobaron su inocencia.

Hoy la cantautora volvió a la escena musical con un disco llamado Gloria, en honor a su madre, y como una manera de celebración por el final de una larga pesadilla del pasado.
 

Su nuevo disco está dedicado a Dios. ¿Sólo se acuerda de Él en los momentos difíciles de la vida?

-Dios ha sido una constante en mi vida gracias a mis bisa-buelos. Si no hubiese sido por ellos, al hablarme de su poder, no sé qué hubiese sido de mí en aquellos momentos difíciles. A Dios lo puedes encontrar en mis temas como ¡Hey! y Será que estoy soñando.

Esa religiosidad suya ha sido opacada por la imagen de niña rebelde y polémica…

-Creo en Dios y en la Virgen de Guadalupe. Pero no creo en las religiones porque dividen a la humanidad. Y ahora cambiemos de tema porque esa parte religiosa de mí opaca la otra. Me gusta que vean el lado más fuerte o ‘trevila’, que dicen. No me gusta que me vean mi corazón de pollo. Sí, yo soy una hija amorosa de Dios, aunque un poco vikinga porque de repente soy desobediente.

Su nuevo trabajo también está dedicado a su mamá, Gloria, la mujer que ha vivido de cerca sus travesuras…

-La sombra de mi mamá es enorme. Somos muy diferentes, desgraciadamente, porque ella sí es una lady y yo soy una cavernícola. La admiro y la quiero, aunque no empatamos en nuestras ideas. Cuando yo estaba pequeña, ella se movía en la alta sociedad mexicana, mientras yo me rebelaba ante el mundo.

Una dama de sociedad como su mamá no quería una cantante en la familia…

-Claro, ella tenía razón, pero yo también. Ha sido lindo reconocernos en nuestras posiciones.

Y en este disco hace dúo con Paulina Rubio, otra ‘trevila’ o ‘niña terrible’ de México. ¿Eso las une?

-Nuestra relación es por la buena vibra de las dos. Nuestras madres y nuestros hijos se conocen. Nos tenemos mucho cariño. Le propuse grabar la canción No al alguacil.

Esta canción es otro homenaje a los gay, un tema recurrente en sus anteriores trabajos…

-Hablo de todas las minorías, como los inmigrantes que son rechazados y despreciados.

¿Otra forma de rechazar las nuevas leyes contra los inmigrantes en Estados Unidos?

-Son leyes estúpidas y retrógradas. En el cielo no existen esas fronteras de racismo y clasismo. Por eso, el mundo no podrá ser el cielo.

Vemos que ahora también es otra ‘chica dorada’, al igual que Paulina Rubio. ¿La influenció en esta decisión?

-Fue coincidencia. Si hubiera pensado que nos íbamos a juntar no me hubiera hecho el cambio de color de pelo. Me teñí por la canción Fuego con fuego. Me imaginé con el pelo como una antorcha. Las rubias se divierten más.

Y por ahí dicen que los caballeros las prefieren rubias…

-A mí me prefieren pelinegra, rubia…

¿Qué más hay detrás de ese cambio de look: una Gloria recargada?


-Gracias a Dios no me llegó el peróxido o el amoniaco del tinte al cerebro. Soy la misma. He sido un libro abierto siempre. Fui la rebelde de pelo suelto que iba en contra de la sociedad, que luego me dominó y me castigó. Me convirtió en la Trevi dolorosa, porque me rompió el corazón. Pero no me quedé ahí.

Usted es blanco de muchas críticas. ¿No le duelen?

-Las cosas dejan de doler sólo si te pones anestesia. No es que no me duelan las críticas, al contrario. Todo está en transformarlas en algo positivo o buscando que no te amarguen. Es fácil amar a los que te aman, pero lo que tiene mérito es amar a los que no. Los que no me quieren son los que no me conocen bien.

En algún momento hay que defenderse de los detractores, que en su caso son muchos…

-Yo me defiendo triunfando. No soy un ser detractor, de esos que se toman el trabajo de atacar a los que te atacan. No pierdo tiempo.

Usted tiene tres hijos. ¿Qué tanto ha cambiado por ellos?

-Muchísimo, pero creo que ser madre y esposa no me ha desviado de lo importante que es quererme. Mis hijos me han cambiado a tal punto, que cuando subo al escenario no lo hago sólo con mis sueños, sino con los sueños de ellos. No existe la posibilidad de fracaso. Es como la leona que cuando va a conseguir alimento para ella y sus crías, no puede dejar escapar a la gacela.

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